sábado, 7 de julio de 2012

KEVIN CARTER Y LA HISTORIA DE SU SUICIDIO



La primera vez que escuche de Kevin Carter fue que se suicido por una foto que hizo. La carga de conciencia decían, la presión mediática, otras historias decían que había perdido una cierta cantidad de rollos para un trabajo y que por eso se quito la vida. Kevin Carter fue un foto-reportero sudafricano, miembro del Bang Bang Club en la época del Apartheid. 

Vivió en una época de conflicto social donde ser blanco le facilitaba obtener las mejores fotografías para un diario local sudafricano. Tanta carga emocional no interrumpió captar la realidad en momentos donde se podía estar viendo un asesinato, hombres siendo quemados y muchas otras barbaridades.

Su carrera como fotógrafo fue creciendo a partir de 1990, consumido por las drogas,  fumaba White Pipe -una mezcla de marihuana, metacualona y barbitúricos- tenia problemas familiares una vida desordenada.

En 1993 Carter se encontraba haciendo fotos cerca de un campamento de la ONU junto a su compañero Silva, tenían media hora antes de que el avión de la ONU, que dejaba comida al campamento, partiera. Carter estuvo viendo algunos buitres en eso ve a un niño famélico defecando, había un buitre detrás, él tomo fotografías del niño. Para meterlos a ambos en cuadro, Carter se acercó muy despacio para no asustar al buitre, e hizo la foto desde unos 10 metros. Hizo algunas tomas más y el buitre se fue.  


Esta fotografía fue publicada el 26 de marzo en el New York Times y causo revuelo e involucro a la población en la hambruna en África. Para muchos fotógrafos y puristas el fue considerado esta foto como que si el niño fuera la pobreza, el buitre el capitalismo y Carter la indiferencia de la sociedad.  


En 1994 estas fueron las palabras de Carter al recibir el premio Pulitzer: "Es la foto más importante de mi carrera, pero no estoy orgulloso de ella, no quiero ni verla, la odio. Todavía estoy arrepentido de no haber ayudado a la niña", Miles de veces tuvo que responder a la misma pregunta: "Y después, ¿ayudaste a la niña?". Pero lo que lo abatió más fue la muerte de su amigo Ken Oosterbroek en un tiroteo. Sumado a esto la caótica vida que tenia decidió suicidarse en un rio donde solía jugar de niño, allí enchufó una manguera al tubo de escape de su coche, lo introdujo por la ventanilla e inhaló, mientras escuchaba música, todo el monóxido de carbono que pudo hasta acabar con su vida.

Esta fue parte de la carta que dejo antes de su suicidio: "Estoy deprimido [...] sin teléfono [...] dinero para el alquiler [...] dinero para la manutención de los hijos [...] dinero para las deudas [...] ¡¡¡dinero!!! [...] Estoy atormentado por los recuerdos vividos de los asesinatos y los cadáveres y la ira y el dolor [...] del morir del hambre o los niños heridos, de los locos del gatillo fácil, a menudo de la policía, de los asesinos verdugos [...] Me ido a unirme con Ken, si soy yo el afortunado."

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